Con un metro podemos medir una superficie. Podemos saber a qué distancia
está un punto del otro. Sería inútil sin embargo usar una cinta métrica
para dimensionar la cantidad de agua de mar. Tampoco se puede usar la misma
vara para medir o juzgar obras de arte que, en esencia, son tan distintas
unas de las otras, como lo es una superficie de un volumen.
Un museo. Imaginemos un museo en el que alojáramos los hitos del arte
moderno y contemporáneo.
El primer "ismo"
Entramos al museo imaginario por la sala de Impresionismo. Nos preguntamos:
dicen?,¿Cómo lo dicen? Rompe el Impresionismo con la tradición de pintar
temas mitológicos, históricos, sociales, literarios. Un campo de amapolas,
un cartero, lirios, girasoles, un sol naciente sobre el Támesis. Ninguna
pintura impresionista cuenta nada que sea trascendental. Narra el acaecer,
el día a día. Como en el teatro de Chejov, el pintor impresionista retrata
ese huidizo instante, aparentemente insustancial, que suma nuestra vida. lo
dice? Dejando en el lienzo solamente la impresión y no el análisis o la
descripción de las cosas. Primer acercamiento a una visión abstracta de la
imagen real, precedida por pioneros como el Tizinano, Rubens y más
precisamente por Velázquez y por Goya.
Las vanguardias: no decir nada
El siglo XX trae consigo una diáspora, como si cada "ismo" fuera un
fragmento de una totalidad quebrada: la realidad visible.
En 1907 Pablo Picasso pinta sus "Señoritas de Avignon"
(MOMA, Museo de Arte Moderno de Nueva York) y constituye el primer hito de la
abstracción, o al menos lo usamos como el más claro referente. Es una
canónica pintura, pero mudó la sintaxis, el "cómo dice". Pero La
anécdota queda atrás, poco interesa si se trata de un prostíbulo, de su
cliente y las pupilas. Lo que vemos son colores y formas dispuestas en un
cierto orden con figuras difíciles de escindir del fondo. El malagueño
rompió con el realismo y siguiendo por la senda abierta por Cézanne, deja
de lado, ya decididamente, la narración.
Junto a las "demoiselles" pende, en nuestro museo imaginario,
"Naturaleza muerta con asiento de rejilla" (Museo Nacional Picasso París) pintada en
1908. En esta obra cubista, Picasso pegó un hule que reproduce una
esterilla. Nace el collage, la ilusión deja de serlo y la materia que vemos
sobre la tela es real, no fingida. Doble juego de ficción ya que no pega en
el cuadro un trozo de esterilla, sino una reproducción de la misma. Con la
perspectiva y el naturalismo el arte jugó a fingir una realidad que no era
tal. Todo arte es ficcional, suspendemos momentáneamente el juicio y
compartimos el juego del cine, la novela, o la imagen representada, con el
creador.
Luego de aquellas señoritas, la abstracción jugará sus cartas en forma de
distintos "ismos": cubismo, fauvismo, futurismo, expresionismo,
suprematismo, rayonismo, neoplasticismo.
En la misma sala: "Blanco sobre blanco" (MOMA. N.Y.) 1917,
vanguardia rusa, Casimir Malevich. Aquí el creador del suprematismo marca
otro hito: la pintura abstracta no solo es "arte puro", sino también arte
mudo. dice? Absolutamente nada, y tampoco puedo referirme a su mínima
sintaxis, ya que sólo veo sobre el lienzo un apenas percetible cuadrado
blanco sobre un fondo también blanco. Pero el silencio también "dice"
(quien calla algo quiere comunicar) ¿Llegamos al punto final de la
abstracción? ¿Cuánto más allá podrá llegarse?