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León Ferrari. Prohibido prohibir

La muestra retrospectiva de León Ferrari en el Centro Cultural Recoleta ¿clausurada por la Santa Inquisición?

Susana Pérez Tort | Crítica de Arte
27-dic-2004

Los que profesamos la fe católica oramos diciendo "...perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden...". Esa oración, que rezamos con fervor en la misa dominical - o diaria como la del Teniente General Videla - es el Padre Nuestro, rica suma de "autor anónimo", de amor cristiano. Cristo nos enseñó a poner la otra mejilla, perdonar las ofensas de quienes nos ofenden. El amor cristiano supera a la vengativa Ley del Talión, que escrita en caracteres cuneiformes está inscripta en el Código de Hammurabi. El "ojo por ojo, diente por diente" de los pueblos (bárbaros) de la Mesopotamia mudó, con la nueva fe cristiana, al perdón y el amor predicado por Jesucristo. Amor y perdón, sí aún por los que siendo mis hermanos no piensen igual a mí. No es fácil ser cristiano.

Es tiempo de adviento. Hay arbolitos de navidad en las vidrieras y en las plazas. Hay ventas record de electrodomésticos y en shoppings. No asoma sin embargo en estas Navidades, el espíritu cristiano.

Parece ser esta la hora de una cristiandad algo posmoderna, sí posmoderno ejercicio del derecho a ser militante de una minoría, y como personajes posmodernos ejercemos nuestro derecho a defender nuestras ideas y condenar a quien piensa o se expresa de forma diferente, y defenderla con ruido y circo, también. Si Diógenes hubiera vivido en este mundo que protagonizamos, en vez de su célebre "no me quites el sol", habría formado un grupo de defensores de los ciudadanos (o esclavos) con derecho a vivir encerrados en toneles, y llevarían a la justicia su derecho a que el monarca de turno no les quitara el sol.

Escenas de la vida posmoderna. Militantes católicos "defendiendo" la catedral metropolitana de los que celebraban la fiesta del orgullo gay, y que ahora celebran, me imagino, la clausura de la blasfema muestra retrospectiva de León Ferrari en el Centro Cultural Recoleta de la ciudad de Buenos Aires.

Claro que no todos los intolerantes cristianos recordamos a la hora de juzgar al hermano que nos ofende, que perdonar es lo que nos manda esa oración que repetimos cada hora, día o cada domingo.



Se clausuró (momentáneamente) la muestra de León Ferrari. No se inauguró una muestra "también ofensiva" en la ciudad de Córdoba ...y la censura está actuando del la manera más desgraciadamente conocida en nuestro lastimado país: en forma preventiva, porque algo habrán echo estos artistas..., como algo también hicieron treinta mil.

León Ferrari censurado. Mucha tinta derramada (en realidad tecleada) desde que la muestra tuviera sus primeros opositores y Ferrari fuera condenado en la hoguera por hereje. Crucificado como su Cristo pendiendo en el Centro Cultural Recoleta y crucificamos a Cristo cada día, en cada acción. Sonríe Ferrari, sonríe Galileo.

León Ferrari es un apóstata, lo suyo es una suerte de iconoclasia (del griego, eikon, 'imagen'; kloein, 'romper'), voz que se refiere a quien está en contra del uso de imágenes con fines religiosos. Pero él no está en contra del uso de la imagen, es iconoclasta en cuanto a su obra es una inteligente parodia de la iconoclasia. Leemos u oímos que este artista tiene una "obsesión" por los íconos cristianos, pero Kuitca no está "obsesionado" por colchones o el teatro, como los impresionistas no estaban "obsesionados" con la naturaleza, o Degas con las bailarinas. Ferrari centra su discurso en el icono y lo expresa, paradojal, a través de la imagen religiosa.



Ya sucedió en el seno de la propia iglesia. En 726 y 730 la cristiandad debate entre la condena o aceptación de las imágenes de culto. León III promulga el decreto que las proscribe porque el icono está peligrosamente cerca de la idolatría (¿No es eso mismo lo que nos dice esta retrospectiva, al demostrar el poder que tiene una imagen?). La prohibición (la de entonces, no la de ahora) se aplicó en el Conciliábulo de Hiereia, en el 754. La Reforma condenó la imagen nuevamente y en el Concilio de Trento (1545-1563) se la celebra como instrumento de catequesis y conversión. Más proscripciones. Index inquisitorial ¿Cuántas fueron las lecturas proscritas? Muchas. Hoy esas obras prohibidas, porque eran ofensivas a la conciencia del cristiano, son inocentes piezas de la literatura universal. Como ciertas resultaron las peligrosas ideas de Galileo Galilei.

Hay que prohibir, es peligroso permitir que aún en forma de obra de arte, alguien exprese sus ideas. Los cristianos no tenemos anticuerpos ni criterio, nos tiene que defender del "mal" mamá Iglesia, los laicos integrados en cruzada y ahora mamá ley. Debe ser debilucha nuestra fe. ¿No bastaría con aconsejar a los cristianos que no acudan a la muestra?

Pasemos revista a la obras que ofendieron nuestra moral: "Maja desnuda", Goya; "Olympia", "Almuerzo Campestre" (con dos impropios desnudos), Manet; "El origen del Mundo" (obsceno), Courbet, obras que "agraviaron" la moral cristiana, como hoy ofende Ferrari. Pero esa ofensa ya pasó y hoy están honrosamente exhibidas esas mismas obras en museos tan "pecaminosos" y oficiales como el Museo del Prado o el Museo de Orsay.



Capilla Sixtina. ¿Nos olvidamos acaso que el Juicio Final de la Sixtina estuvo a punto de ser picado, porque el genial artista florentino pintó desnudos y más desnudos en su "insultante" fresco? Allí en la pared posterior de la capilla particular del Papa, el florentino pintó un Cristo enojadísimo que condena a media humanidad y la condena al infierno (ese en el que según Ferrari no rigen los derechos humanos que la Iglesia predica para este mundo) y hasta María teme en aquel Juicio al enojo de su hijo. ¡Ofensivo! ¡ Ultraje a la moral cristiana! ¡Que intervenga un juez! ¡Que cierren la Sixtina, que la prohíban!... los santos, los condenados, los mártires, María y Jesús incluido ...están "calatos", y calato es lo mismo que decir desnudo. Qué difícil es ejercer la libertad, entonces como ahora. Y ahora hacemos la cola y pagamos en Euros para ver esos desnudos que ya no ofenden. Son un orgullo cristiano... y sin embargo hay más de uno que está calato todavía.

Fernando Sabater en "El deber de elegir" habla de un "nuevo puritanismo", otro liquen que se adhiere a la cultura posmoderna que consume de todo y mucho, pero que al mismo tiempo brega para que el consumo tenga pocas calorías. Cultura cool, como la que se ejerció en Córdoba donde la muestra que podría "insultar" como la de Ferrari, ni siquiera se inauguró. La nueva cultura se hace un lifting de viejas moralinas, y se estrenan moralinas nuevas.



¿Es éste el mismo país? ¿Es ésta la misma gente? Estos laicos, tan pero tan ofendidos por algo que sucede entre muros de un centro cultural y gritan unos felinescos ¡Anatema! ¡Apostasía! frente a una muestra de arte y acuden al juez ¿Son los mismos que encienden cada noche su televisor para ver en familia a una familia en la que una de las actrices es un hombre travestido? Florencia, (que no es lo mismo que florentino) mi respeto a tu identidad y a tu derecho a ejercer tu género como lo desees. Pero subrayo nuestro derecho a señalar que si se cacarea por la muestra de Ferrari, se cacaree en cada nido, no sólo en uno, cacareen también en los nidos que dan rating y que están en casa, en nuestra mamá TV.

"Cristo Crucificado en un Garaje" de Antonio Berni se expuso en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), también un claustro nacional (pagado con los impuestos de los ciudadanos), como también fue pagado con los mismos impuestos el envío de estas mismas obras (una parte) de Ferrari a la exposición de arte argentino contemporáneo en Arizona bajo el nombre de "Cantos Paralelos", en 1999. Nadie entonces dijo nada.

Prohibiciones. Instituto Di Tella, uno de los pilares de la plástica argentina contemporánea, clausurado en 1968 por el poder militar de turno, porque la obra de Eduardo Plate "El baño" resultó ofensiva... como la de León Ferrari, como la de Córdoba, como la de Mónica Castagnotto en el también oportunamente vapuleado Museo Castagnino de Rosario.

Pero hoy, pasado aquel "mal gusto" de la muestra "ofensiva" de Plate, creemos que el Di Tella fue un momento de excepción en la cultura de los argentinos, como de excepción las pinturas de Pettoruti, que ponía vidrios a sus obras porque el público se las escupía. Entonces no intervino un juez... Hoy son patrimonio nacional y ya no ofenden como ayer, pero recordemos que la primera muestra del introductor del cubismo en Argentina terminó en la calle, con contusos y comisaría, también.



En su "Evangelio según Jesucristo", José Saramago imagina a su Cristo reflexionando porqué habrá una legión de mártires que sufrirán tormentos por seguirlo, y otra legión de mártires quemados en la hoguera o torturados por la Santa Inquisición por no seguirlo. Ese Cristo del evangelio apócrifo se preguntaba porqué. León Ferrari, también.

A los católicos que condenan la ofensa de este artista (y de los otros censurados antes de inaugurar) habría que pedirles desde un púlpito virtual que ejerciten el amor de los cristianos. Si se sienten ofendidos, perdonen sus ofensas, como un cristiano perdona al que lo ofende. Tal vez no se trate sólo de un asunto de fe y de ofensas, sino un ejercicio de poder.

Sabater lo explica desde mamá filosofía, esto no sucede sólo aquí - recordemos el puritanismo que llevó a George W. Bush a un nuevo ejercicio del poder - estrenamos ética posmoderna (el ocaso del deber que subraya Lipovestzky) y el surgimiento de nuevos deberes, entre ellos prohibir, desde las calorías hasta lo que "ofende al pudor" (sic). RosariARTE Contenidos. Fin de la nota.




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