Francisca Blázquez viaja a través del interior de la forma, buscando otras formas, efectuando
nuevas incursiones en mundos estructurados, o no, cruzándose con formas,
que se sustentan en el aire, que flotan en el universo, que gozan de
autonomía plena, como si estuvieran en trance o meditando, despidiendo
alegría, efervescencia, espiritualidad, elegancia, belleza, contraste pero
también solidez, coherencia, materia, cromaticidad y fuerza. Son formas que
son libres, que ofrecen su singularidad, su grado de complejidad que nos
atrae, porque, en el fondo, se trata de agrupaciones de materia que van más
allá de su propia esencia.
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Francisca Blázquez. Luz azul. Dimensionalismo. |
Se trata de un viaje hacia el movimiento de la forma, buscando la
perfección del detalle, la planimetría espacial, pero, sobre todo, la
incidencia de la luz en un medio no rígido, absolutamente cambiable, que
tiene por momentos distintos escenarios. Es como si se representara una
escena en diferentes actos, buscando el cambio continuo, la fuerza de la
transformación, que impulsa a la propia forma al cambio.
Todo es energía, tanto la luz como la materia. Una gran concentración de
materia se convierte en energía, porque todo es movimiento. De esta manera
la artista no busca congelar momentos, captar instantes, elucubrar sobre la
base de situaciones determinadas, sino que plasma el momento mismo del
cambio, pero no para inmortalizarlo, sino para que el espectador se sumerja
en su interior y continúe el viaje, guiado por su imaginación. No se trata
de construir, escenificar escenarios sólidos, hieráticos, inconmovibles,
sino estructuras que se encuentran en actitud de cambio. Su objetivo es
bucear en el marasmo interior de la forma, que es geométrico, pero que se
encuentra encendido, cual antorcha, en busca de su propio significado en un
mundo de significados en los que la interconexión es constante.
En ocasiones, un análisis más en profundidad de su obra nos lleva sorpresas
como el considerar formas jamás vistas, de otro planeta, procedentes de
distintos sistemas solares, de medios en los que no hay una identificación
posible.
Todo ello es producto del viaje, en el que también interviene su mente,
sentimientos y sensaciones, que se nutren de finos y delgados hilos de
inteligencia, que convierten las formas geométricas en parte de un sistema
de conexiones sensibles, delicadas, interiores, dotadas de humanidad,
porque son, en realidad, parte de la propia existencia. No se trata de
disociar entre lo que es racional y lo que es emocional y espiritual. Nos
habla de un mundo en el que todo está interconectado, en el que todo es
parte de un microcosmos que, a su vez, se integra en un macrocosmos. Y,
cada microcosmos, es una nueva entidad, asociándose unas con otras. La
unidad de todas es el movimiento que transforma la forma, que nos guía por
el cambio constante, hacia otras dimensiones. No hay posibilidad de
compartimentar espacios, de estancar formas, de construir para delimitar.
Todo está abierto completamente, sin trabas, al libre albedrío, sujeto a la
interactuación, a la libertad de criterios, a la operatividad por sí mismo.
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Francisca Blázquez. Opuestos-electricidad. Dimensionalismo. |
La luz es energía, transmite información, viaja a altas velocidades, pero
también es un símbolo de pureza energética, de esencialidad, de culminación
de un desarrollo. De ahí que, constantemente, todo vaya concadenado, en el
sentido de penetrar en un ordenamiento en el que la teoría de contrarios se
estructura para dar coherencia a un mundo en el que todo es sutil y a la
vez evidente, en el que el polo positivo no existe sin el concurso del
negativo. Francisca entra dentro del cosmos universal, de la masa crítica,
de la densidad, viaja a través de la luz, captando sus matices,
insertándose en sus recovecos para profundizar hasta en los más mínimos
detalles, en los que todo tiene una coherencia absoluta. La luz como base,
a partir de las que todo se transforma, en la que las formas cobran las
maneras y aspectos más extraordinarios, en que la materia se vuelve
elegante, porque en su propia belleza descansa el enigma que encierra su
secreto. No hay magia por sí misma, sino es, en el proceso de la búsqueda,
donde se halla la efusividad de la geometría. De ahí que sean formas
futuristas, inimaginables, surgidas de otras dimensiones, procedentes de
mundos fantásticos, extraordinariamente puros, en los que el movimiento, la
energía en si misma, la belleza de cada elemento se convierte en parte
integrante de una belleza superior. Se trata de una suma de belleza que va
a conseguir exhibir la gran belleza del mundo, cosmos, universo, galaxia y
en la que solo existe la pureza, porque es en ella donde el amor y la
verdad se armonizan y van en busca de la transformación pura.
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Francisca Blázquez. Estrella de luz. Dimensionalismo. |
No se puede hallar la luz si el camino está lleno de impurezas. Es
necesario romper con las dimensiones habituales, congraciarse con las
huestes espirituales, buscar e ir más allá de las circunstancias para
instalarse en la nube celestial de la luz que nos guía. Trabaja en acrílico
sobre tela, composiciones caracterizadas por formas que no son de este
mundo, que se nutren de otros mundos, que no es que se encuentren,
exactamente, en lejanas galaxias ni en mundos extraños, sino que proceden
de un tipo de dimensiones que no se rigen por los parámetros físicos ni
químicos. En ocasiones pretendemos hallar con la explicación científica
consecuente, datos, estructuras, formas, maneras y mundos que no poseen una
configuración biológica, que no parten del proceso de acción-reacción, que
no son consecuencia de una deducción, sino que poseen fuerza, autonomía,
potencia e integridad suficiente para auto generarse, volverse más
competitivas y ser coherentes Existen formas que se generan sin aparente
lógica, que surgen como por arte de encantamiento. Pero, además, en el caso
de Francisca Blázquez todo tiene su explicación, dado que es una artista
completa, que domina muchos lenguajes plásticos y disciplinas artísticas,
desde la pintura, escultura, obra gráfica, instalaciones y arte digital,
pasando por la joyería, fotografía, video creación, animación artística
digital, danza, jazz, experimental y otras expresiones.
Está en continúa búsqueda espacial, que se nutre de la dinámica cinética,
de la idea de movimiento que rige el mundo, que aplica de manera constante,
para generar una sensación de transformación continua. Pero, todo ello,
tratado de tal manera que no resulte agresivo, sino armonioso, bello, audaz
y elaborado. De ahí que sea más sutil que otros artistas, que indague en la
porosidad de las almas, para comprender que la evolución es más compleja,
es producto de una actitud de dinamismo en sí misma, coherente, natural y
evidente. No es generar movimiento para buscar complemento, sino que la
energía se sume y la transformación sea una evidencia, sin casi buscarla,
considerada como consecuencia lógica, sin ataduras, como elemento de
progreso natural.
No hay vehiculización extraña, sino controles de la propia idiosincrasia,
de las circunstancias que nos rodean para que el desarrollo geométrico de
las formas no tenga límites, se exprese con luz, ayudada de la energía
central del universo y de su imaginación rebosante de serena pureza.