Macro, el próximo museo. Franco Vico | |
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Al ingresar al MACRO, uno no puede evitar preguntarse ¿qué es la
contemporaneidad? ¿qué la caracteriza?, y al emprender el odiséico trayecto
de 10 pisos en ascenso, por escaleras o elevador, uno trata de encontrar
las respuestas en las límpidas paredes, "intervenidas", con mayor o menor
grado de evidencia, por los "artistas". Lo que encontramos, en uno de los
lugares que ha de albergar la cúspide del arte de este tiempo, es
(mayoritariamente y salvo honradas excepciones que no ocupan más que los
dígitos de una sola mano) la impunidad y arbitrariedad con que se asigna la
categoría de "arte" últimamente. Las excepciones correspondientes a los
dígitos de mi mano (ocupada por su parte en distribuir a escondidas el
primer manifiesto del NI-NOvedismo, movimiento inaugurado, por quien
escribe y otros disconformes, en vistas de tanta facilidad ante el hecho de
"ser artista") se repartían entre la sala dedicada a la muestra de Lucio
Fontana, obras de Grippo, Le Parc o León Ferrari (deslucidas en el
deslucido contexto), y alguna que otra reliquia apoltronada y condenada al
anonimato en una mesa gigante cual escaparate cambalachesco o stand ferial
(Marta Minujín, Nicola Constantino, Fabio Kacero, Marcos López, etc.).
Quizás, sintomáticamente, eso sea la contemporaneidad; un edificio
rescatado de sus viejas épocas de esplendor agroganadero, sin espacio para
tanto público, cuyo ascenso suma en decepción. Al llegar al mirador del
décimo, no podemos sino lanzarnos al vacío o recorrer incansablemente las
salas en busca de la siguiente salvedad. En el mejor de los casos: bajar,
firmar el libro de visitas con un poco sutil improperio o una obsecuente
adhesión, y cruzar la ciudad a la pesquisa del próximo museo más cercano.
Franco Vico
(artista, miembro fundador del "Movimiento NI-NOvedista")