En el hermoso paseo por la costanera, bordeando el Paraná, ya es parte del
paisaje el colorido conjunto de silos que probablemente todavía pueda
sorprender a algún paseante distraído que aún no sabe que ahí funciona,
desde el año 2004, el
macro (
Museo de Arte Contemporáneo de Rosario). Su
Director
Fernando Farina nos brindó una entrevista en la cual comenta
muchos aspectos interesantes acerca de éste que él mismo denomina
"espacio de arte contemporáneo".
El MACRO cuenta con una colección de obras seleccionadas o adquiridas
precisamente para su creación, que tuvo su origen en un proyecto con el
cual se concursa en la Fundación Antorchas, y que, luego de una primer
instancia sin éxito, es apoyado por la misma fundación dando origen así al
nacimiento de este museo. Una convocatoria que, cumplido el plazo que determinó
Fiundación Antorchas para hacer efectivo su apoyo, había no solo colmado las
expectativas de ofrecimientos de obras si no, sobrepasado una cantidad de
cien obras y autores. A fines del año 2002 se llama a esta convocatoria y
tuvo todo el apoyo de la gestión del entonces intendente Hermes Binner,
quien propuso la ubicación del museo en los
silos Davis, que deberían
obviamente ser acondicionados para el funcionamiento del MACRO. La
selección de las obras tuvo varias etapas en las cuales los mismos artistas
aportaron ideas y ha convertido al MACRO, como el mismo Farina nos cuenta,
en una experiencia motivadora (para otros museos,
como el MALBA, Museo de Arte Latinoamericano, de Buenos Aires) y señala que Rosario aun no ha
tomado conciencia de la magnitud de este espacio que sí está repercutiendo
en los centros culturales más importantes del país. Este fenómeno pareciera
ser común en nuestra ciudad, donde no sólo suelen pasar inadvertidos los
artistas, sino hasta los lugares donde se alberga el Arte. Para
contrarrestar esto Farina destaca como un fenómeno "muy rosarino" el apoyo
privado a las instituciones (señala la donación del mismo Museo Castagnino,
del cual el MACRO es un anexo, y con esto responde a la pregunta de por qué
no existe un director propio para el MACRO).
Para quien se pregunte por los atractivos colores que recubren las paredes
externas del Museo, son también producto de un llamado a concurso. La idea
es ir renovando esa propuesta, lo cual renovará la cara exterior del MACRO.
El hecho de que se plantee como un "espacio de arte contemporáneo" habla de
la concepción de éste no sólo como un espacio físico dentro del cual deba
concentrarse toda la actividad relacionada con él, sino, además, de un
"espacio" podría decirse virtual y dinámico que genera o dispara propuestas
de expresiones de arte contemporáneo. Se contemplan allí no sólo las
muestras de artes plásticas, sino instalaciones, todo lo que tenga que ver
con el arte audiovisual, puestas musicales y las innumerables y variadas
formas del arte contemporáneo, que tanto se pueden llevar a cabo en el
mismo predio del museo como en cualquier espacio de la ciudad. A raíz de
ello son bienvenidas las propuestas de los artistas rosarinos. Claro que no
depende solo de la buena voluntad el hacerlas efectivas. Y en este punto se
habla de algo que es tal vez el tema más álgido en la discusión de los
espacios de Arte en Rosario. Farina dice que se pone mucha expectativa en
los organismos oficiales como subsidiarios del arte y es lógicamente
imposible hacer lugar, sea con apoyo económico, sea a nivel de auspicios,
etc., a todos los proyectos. Compara la situación con lo que pasa en
Buenos Aires donde existen cientos de opciones y espacios alternativos. En este
sentido señala la necesidad de otras alternativas de producción de arte, y
que aún las existentes son insuficientes. Esto lleva a otro tema muy
interesante para la discusión y que ya hemos planteado en este sitio. Es el
consumo de Arte en Rosario. Paradójicamente a la gran y variada oferta de
artistas y obras de arte de Rosario, se le opone una falta de demanda de
obras de arte. "
No existe el mercado del arte en Rosario". Pero aquí,
aunque pueda parecer un lugar sin salida, Farina es, diríamos, optimista.
Él mismo señala que esto se debe analizar desde varios puntos de vista. Por
una parte ya es importante la existencia del MACRO como generador de otras
propuestas e incluso expectativas, pero es fundamental el rol de la
educación en posicionar al Arte. Qué lugar tiene el Arte en nuestras
Escuelas si es que lo tiene, o qué lugar se le está dando, si es que se le
da uno. No es suficiente un "paseo por el Museo". Debe haber una política
educativa donde el Arte tenga un protagonismo en donde se entienda no sólo
como y más allá del tan falso concepto de "cultura general". Por otra parte
señala como posibilidad en Rosario el "poner de moda" al Arte (también un
uso falso) pero que hace que se genere un movimiento que en definitiva
promueve y mueve el mercado. Es un círculo donde cada uno de los elementos
va aportando positiva o negativamente según las políticas que se apliquen
para su funcionamiento. Farina cree que esto no es un círculo cerrado, su
visión es, en cierta forma optimista, como dijimos anteriormente, ya la
creación del MACRO es un signo muy positivo y la acogida de la gente lo
legitima aún más.
Al preguntarle a cerca de la política del museo en cuanto a la selección de
las futuras muestras nos dice que obviamente hay una serie de decisiones
que él mismo toma pero gran parte de ellas recaen sobre los curadores de
cada muestra que son quienes aportan los "motivos" (dicho así para resumir
muy burdamente su actividad y responsabilidad) por los cuales tal o cual
obra o proyecto es aceptado o llevado a cabo. Hay curadores que trabajan
permanentemente para el Museo. Cuando hay muestras que se refieren a
artistas, períodos o temáticas muy determinadas y/o particulares, se
convoca a especialistas.
Quiero agradecer al Sr. Fernando Farina por concederme esta entrevista y
desde mi lugar de artista de Rosario, es mi más sincero deseo que el MACRO
se proyecte en su función no sólo a nivel local sino que sea un referente
para el resto del mundo, por qué no?
Supongo que también debe ser un deseo de los artistas de Rosario (me
incluyo) poder pasar por él y tener allí un lugar donde nuestros proyectos
sean acogidos y realizados.