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Gracias a la etnomusicología se abre un nuevo camino que permite adentrarse
en las manifestaciones musicales de diversas comunidades étnicas, y así
conocer su música.
Un hecho clave ha sido el invento del fonógrafo, allí por fines del 1800.
Elemento sin duda indispensable, cuya primera noticia de haberse utilizado
para registrar los cantos de los pueblos primitivos data de alrededor el
año 1890. Posteriormente, con la aparición de los llamados "magnetófonos",
esta tarea se ha facilitado enormemente, y en la actualidad se cuenta con
un repertorio musical muy amplio y bien documentado.
Claro que aún contando con estos elementos -¡sin duda importantísimos!- que
posibilitan el registro musical, sin embargo, no resulta fácil formarse
una idea exacta del desarrollo histórico que las formas musicales pueden
haber tenido a medida que la humanidad iba evolucionando. Incluso,
tradicionalmente puede suponerse que a mayor subdesarrollo, menor evolución
musical. Pero, paradójicamente, los pueblos con apariencia más primitiva
tienen, sin embargo, una música más evolucionada que otros más adelantados,
y viceversa.
Existe una teoría que a lo largo del tiempo se ha difundido mucho: aquélla
que considera que la canción más antigua brotó de la repetición de dos
únicas notas. Según esta teoría, entonces, esta sencilla línea melódica se
iría enriqueciendo con otras notas y con nuevos intervalos al repertirse en
diversas y sucesivas fases melódicas. Tal hipótesis tiene su fundamento en
el desarrollo mismo del ser humano: se ha comprobado que, en general, los
niños siguen una línea de desarrollo semejante, y muchos estudiosos
sostienen que existe una analogía entre el desarrollo del niño y el de la
humanidad.
La etnomusicología -en su búsqueda de manifestaciones musicales de los
pueblos primitivos- ha encontrado muchas veces notables sorpresas.
Concluirá esta PARTE I con un claro ejemplo que tiene como protagonista a
la civilización de los pigmeos: en este pueblo se destaca mucho un cántico
a dos voces, y analizando ambas melodías, la segunda voz no es sino la
exacta repetición de la primera, pero retardada (esto es, comienza más
tarde que la primera). En definitiva, y sin que ellos pudiesen remotamente
saberlo, están cantando un "canon a dos voces", semejante al que se usara
por primera vez en Francia en los comienzos del siglo XIII, en la escuela
de Notre Dame.