| |
|
Hayg Boyadjian es un activo compositor de origen francés, que vive actualmente en los Estados Unidos, en la ciudad de Lexington. Durante muchos años ha vivido en Argentina, estancia que ha transcurrido en la ciudad de Buenos Aires, razón por la cual lo unen fuertes vínculos con la cultura sudamericana.
Como compositor no tiene afiliación alguna con institutos universitarios o de música, y se desempeña como un compositor "free lance". Dada esta posición, puede sin embargo sentirse afortunado ya que muchas de sus obras han sido y son ejecutadas en diferente países, junto con otro buen número de composiciones suyas que han sido grabadas en sendos discos compactos.
Hayg es también dibujante, y muchas veces ilustra sus partituras. Por tal, él escribe su música con un fuerte pensamiento estructural y una sólida arquitectura como base. "Por eso varios críticos han comparado mis obras con las de Hindemith -compositor famoso por la fundación estructural de su música", comenta. "Creo que este acercamiento da a la música una lógica con la cual el público puede identificarse. Esto de seguir el desarrollo de una idea musical en todas sus variantes es de suma ayuda para la audiencia" . Tal vez sea debido a ésto que los diferentes públicos que han oído sus obras en general han reaccionado con comentarios positivos; es más, en muchos casos se ha dicho que su música da al oyente una impresión visual.
"Criticarse a uno mismo es una forma de desarrollar una estética artística que se adapta a un ambiente más vasto y no al mundo cerrado del artista que trabaja solitario, y a veces aislado", agrega. "Una de las preguntas que me hago siempre es qué impresión tendría yo sobre mi obra si la escuchase sin ser el compositor. Eso me ha ayudado mucho"
Para él, el artista tiene dos obligaciones: una, la de creer en la sinceridad de su creación artística, formulada tal vez por inspiración y trabajo; en segundo lugar, la de considerar que su contribución a la estética musical presente será la semilla de la estética del futuro.
Hayg Boyadjian escribió un Ensayo sobre las Artes, que se transcribe a continuación:
La función del artista es la de proyectar en su arte el reflejo de la vida contemporánea, transmitida via la experiencia personal que ha tenido durante su vida, cuidando de transmitir esta experiencia en forma original y comprensible.
Es lógico suponer que el artista esté influenciado por el arte del pasado, pero lo que no es lógico es el hecho de tomar esta única influencia e imitarla; a mi entender, es necesario adaptar esa influencia y darle nuevo aliento. Así es que cuando me siento a componer una nueva obra musical tengo que decidir hacia qué direccion voy a ir. En mi caso los rumbos son variados: he nacido en Francia, de padres armenios; he vivido buena parte de mi vida de joven en Buenos Aires, y ahora vivo desde hace muchísimos años en Estados Unidos. Puedo utilizar todas estas experiencias de vida en una obra o puedo tomar uno o dos aspectos nomás de estas experiencias. Por ejemplo, poco tiempo atrás compuse una obra basada sobre melodias folklóricas armenias: mi adaptación de esta música oriental a la occidental se centra en el juego armónico, y así, dos elementos de dos diferentes culturas encuentran su síntesis.
Cuando hoy en día uno habla de la música contemporánea, es difícil categorizar concreta y correctamente a qué uno se está refiriendo. El "árbol" de la música contemporánea tiene muchas ramas. Los compositores han tomado diversos y variados rumbos: hay compositores que continúan el camino dodecafónico; otros, que siguen de alguna forma la armonía tonal tradicional; otros, que utilizan la armonía atonal; otros, que recaen en el estilo minimalista... (y la lista continúa)
Si alguien me pregunta en cuál categoría pondría yo mi música, definitivamente diría que no es dodecafónica, y que no es completamente atonal. En muchas de mis obras utilizo un sistema en el cual las relaciones entre las notas actúan como armonía de base. Es decir que un intervalo elegido reemplazará de pronto la función de la tonalidad. Tomo como ejemplo el comienzo de mi "Tercera Sonata para piano": las dos primeras notas que uno oye son "re" y "sol". Este intervalo de cuarta justa es el equivalente de lo que sería una tonalidad elegida en la armonía tradicional. Además, este intervalo de cuarta puede ser utilizado en todas sus variantes posibles, por lo cual tenemos material más que suficiente para construir esta obra musical partiendo de un simple intervalo. El mismo sistema de construcción es el que utilizo para el desarrollo de la parte rítmica.
Si uno analiza el desarrollo de las artes en el contexto histórico, uno puede ver que la teoría evolucionista de Darwin es aplicable también al mundo musical. No podemos escapar del pasado, pero nuestro deber es mirar hacia el futuro, abrir muevos caminos: esto ha sido siempre el métier del ser humano. Las influencias del pasado y del presente juegan un papel importante en la estética de mi música, claro. No podemos escapar de lo que hemos oído y de lo que estamos oyendo.
En otro ángulo de cosas, por mi parte, diré que vivir en Boston tiene muchas ventajas. Boston es una ciudad con una historia de alta cultura. Hay muchas actividades musicales, y mucho interés en la música moderna, aunque debo decir que en los ultimos diez años la concurrencia de público a conciertos ha decaído enormemente, sobre todo en los conciertos de música contemporánea. Se podría decir también que la televisión y la computadora han sido culpables de alejar al público de los espectáculos en vivo. Podría también agregar a eso que la situación económica ha forzado a la gente a tener que trabajar más horas para poder mantener su nivel de vida. Muchas organizaciones de arte han tomado la iniciativa de incluir nuevas perspectivas en sus funciones; música y cena, música y danza, música y cine, música y comedia, etc, para atraer público. Yo soy de la opinión que todo lo que está ocurriendo es transitorio, el mundo cambia minuto a minuto, con paciencia veremos nuevos horizontes.
Nuestro deber como artistas es aquel de ser fiel a lo que creemos. La historia demuestra que lo nuevo es siempre rechazado por el público, pero con el tiempo es aceptado. Un ejemplo alcanza: "Le Sacre du Printemps" de Stravinsky.
Muchas veces doy el ejemplo a quienes me dicen de componer como Beethoven: les digo "¿por qué no viajan entonces a caballo en vez de ir en el auto?". Tambien tendríaamos nosotros compositores que escribir con papel y lapicera: la computadora nos ha dado muchas libertades, más rápido para componer, fácil de hacer cambios, posiblidad de oír immediatamente lo que uno escribe... La computadora es una máquina de facilidad que ha revolucionado la escritura de la música, pero no la composición.
La historia reciente de la música "clásica" nos demuestra que muchas veces uno juzga las tendencias visibles como definitivas. Vimos ese caso cuando muchos compositores y críticos hablaban de la decadencia de la música viva y del nacimiento de la música electrónica. Salas de concierto y orquestas iban a volverse piezas de museos. Vemos que eso no solamente no ha ocurrido, sino que muy por el contrario, la música electrónica se ha sentado en la silla de atrás. Creo también que con el tiempo el público será más asiduo a los conciertos. No hay duda que el ser humano se cansa de hacer siempre lo mismo, la repetición es algo que no podemos tolerar a la larga. El internet es algo nuevo, sí, pero ¿hasta cuándo seguirá esa tendencia? Yo creo que el cambio está cerca. Sobretodo dado el cambio que ha ocurrido en la estética de la música moderna, en donde hay un marcado retorno a escribir líneas musicales más fluídas, más lineales: mucha de la música de los sesenta y setenta son obras muy especiales, novedades que alienaron al público en general, en donde el cambio ocurrió con mucha rapidez y no hubo tiempo para que la audiencia se adaptase a esta nueva estética.
Debo decir tambien que compositores como Milton Babbitt no ayudaron a la causa de la música moderna cuando dijeron que "no les importaba si alguien escuchaba su música o no". Lo que se debe haber dicho, pienso, es que nosotros como artistas tenemos la obligación de educar al público para que puedan comprender lo que estamos tratando de comunicar. Mi filosofía se basa en la educación, quisiera ver esa educación implementada ya desde la enseñanza en las escuelas primarias, ya que es el mejor tiempo para exponer a los jóvenes a las artes nuevas.
En esta lucha del acercamiento del artista al público son necesarias todas las armas posibles, tiene que surgir una responsabilidad, por lo menos en la música, entre el compositor, el ejecutante y el presentador. Es deber del compositor aquel de mantener contacto con su público, de estar siempre disponible al escrutamiento de ese público. En mi caso, cuando obras mías se ejecutan, yo estoy siempre disponible a hablar sobre mi música o responder a preguntas que las personas puedan tener. Hay que considerar que en los tiempos modernos la estética, la técnica y el panorama de las artes han avanzado a pasos mucho más rápidos que en los siglos anteriores. Hay que ver este desarollo desde la perspectiva de un público que tiene a su disposición poco tiempo para familiarizarse con todos los adelantos de las artes.
En conclusión diré que soy optimista sobre el futuro, ya que las artes son parte de la cultura y de la historia humana, y como todas las facetas de los empeños humanos, también las artes tienen sus ciclos. Lo de hoy no será necesariamente lo de mañana.
| |
Otras notas de Marisol Gentile |
---|
|
|
|
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de este artículo excepto cuando medie expresa autorización de la Dirección de RosariARTE.
Los artículos firmados no expresan, necesariamente, la opinión de la Dirección ni de RosariARTE.
| | |