La autora multidisciplinar madrileña,
Francisca Blázquez expone del 17 de abril al 8 de mayo de
2007 en Giotti, local de moda dirigido por el conocido estilista Sergio.
Presenta como novedad su anterior serie titulada 'Forma y color' y algunas
obras recientes del Dimensionalismo.
En la serie 'Forma Color' muestra su actitud dinámica, siendo partidaria
del movimiento, de los colores intensos, que delimitan la composición
zonalmente, abarcando espacios, buscando una expresión evidente de
geometrías contemporáneas a cada instante, que se sitúan en la
efervescencia de lo sensible o en la espiral dirigida de la forma como tal
y el color como estado de ánimo.
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Francisca Blázquez. Estrella en blanco y negro. 2007 |
Se trata de una serie efervescente, sugerente, enfocada hacia el contraste
continuo, en el que las formas se suceden, y, dentro de este contexto, la
presencia del blanco y negro como acicate.
El blanco es considerado espacio, mientras que el negro es la materia, ying
y yan, buscando y conformando un equilibrio evidente, que se auto-controla
para expandirse, es decir buscarse, enfocándose hacia la propia evidencia.
Su dinamismo es constante, hasta tal punto que se sumerge en la pléyade de
sugerencias formales que se sitúa en el límite de los sentidos.
Mientras que el Dimensionalismo es la superación de la dinámica matérica
para posicionarse dentro de la línea ascendente del camino recurrente
enfocado hacia la dinámica espiritual, en la que la artista abandona el
juego de opuestos como centro de su discurso para, a partir de los mismos,
centrarse en la iluminación.
Realiza creaciones de gran fantasía, en las que constatamos la presencia de
formas que flotan en el espacio, que parecen posicionarse entre varias
dimensiones, situarse en la espiral del conocimiento, en la fuerza de la
aventura instalada en la constatación de la propia evidencia. Es decir que
establece los parámetros formales derivados de la iluminación a partir de
su posicionamiento formal.
Refleja dimensiones que existen pero que no vemos, otras procedentes de su
mundo de fantasía, también dimensiones surgidas en el marasmo del cambio
energético, situado en el punto culminante de la transformación.
Últimamente viaja al mundo celestial, a las dimensiones angélicas, buscando
conexiones entre las dimensiones sutiles y nuestro mundo. Sin embargo su
geometría no está anclada en la tierra, sino que viaja libre por el
espacio, representando aquello que le es transferido por los dioses y que
necesita comunicar a la humanidad para establecer los parámetros sensibles
que nos permitirán profundizar en la propia evidencia de nuestra aportación
interior.
Somos individuos que estamos sometidos a la variación de lo emergente, para
ir avanzando por etapas en los caminos laberínticos o preclaros de otras
dimensiones. De ahí que las formas geométricas sean una excusa de la
creadora madrileña para adentrarse en los vericuetos del espíritu,
formándonos con alegorías instaladas en vectores y sectores, en zonas
determinadas concretas o no, que fluctúan o bien se reconocen como
auténticos prismas.