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El espíritu de toda la muestra, del Fizcarraldo ornamental, nace de esa idea del Mondrian y del Malevich sobre empapelados de principio de siglo XX."
Aurelio García
Fondo de ojos
SALON CHAMPAGNE - SALON LAVANDA
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Aurelio García. Salón Champagne. 2007 |
La pintura puede transformar el cubo blanco en una caja boba.
Despilfarro de textura. Derrame masivo de color que es igual a saturación del ojo.
Espasmo críptico de figura y fondo que hace a la aniquilación del silencio y de lo finito.
Nada de blanco
eso es fantasía de colores.
Hay discursos totalitarios como la pintura, los misales religiosos, la iconografía rusa y el peronismo... confluyendo con la historia del arte y sus malentendidos.
Todo cae en el no lugar de la pintura;
adentro o afuera del bastidor, adentro o afuera del museo o del supermercado.
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Aurelio García. Salón Lavanda. 2007 |
Hay cuadros difíciles y luego cuadros difíciles que muestran cuadros fáciles que citan a los íconos-fetiche del arte abstracto del siglo XX. En la serie "Cuadros Fáciles" están Malevich, Piet y Serón vistos por seres rosas.
La idea tiene que ver con el cuadro dentro del cuadro y que a su vez está dentro de una sala. El cuadro dentro del cuadro y la sala dentro de la sala; y el espectador dentro de la sala como un cerdito más... y la pantera tan rosa bombón asoma en alguna de las capas de la Matrix. Un juego hipnótico-hiperquinético, agobiante; con bordes y rebordes de los más variados elementos, desde el dorado trigo a la caca.
PINTURA Y PUBLICIDAD
POST OP A GO GO
RETINIANOS GO HOME
La comunicación masiva de la imagen, por la imagen de la imagen.
Las falsas promesas de felicidad para las masas, los paraísos fulminados, los numismáticos... ("IN GOD WE TRUST", reza el billete de dólar).
Las paradojas, las equivalencias irritantes, las palabras y las cosas dulces.
Las iluminaciones compulsivas.
El imperio de la comunicación y su colapso cinético en babas de la pintura.
Hay discursos totalitarios como los del cubo blanco, como los de la no-pintura, como los del museo.
Definitivamente, un Mondrian sobre un empapelado victoriano tiene una potencia que no tiene sobre una pared blanca.
Hernán Molina (y sus discípulos) decoraron las paredes, en términos contemporáneos recrearon una atmósfera de museo de principios de siglo XX.
La transformación esta dada únicamente por el recurso de la pintura.
No siempre las salas fueron cubos blancos.
No siempre los museos excluyen al oficio.
Siempre sólo coca cola.