En el marco del arte contemporáneo se estableció una disciplina que,
mezquinándosele nombre propio, se denomina como "otros (o nuevos)
soportes".
Pintura y grabado, tuvieron tradicionalmente soportes planos, que cobraron
algún volumen con las vanguardias del siglo XX.
Al clasificar los aspectos materiales y técnicos de una obra, se la
encapsulaba en una disciplina. Se levantaron fronteras entre las obras
realizadas con un material u otro, entre una técnica y otra. Durante siglos
los muros que las aislaban permanecieron solidamente en pie.
El soporte y la materia
Técnica, materiales, soporte y dimensiones, fueron los datos de
presentación de una obra en sociedad. Con las vanguardias el artista
modernista pareció incómodo dentro de la armadura que separaban una
disciplina de otra. Pintura, grabado y escultura habían permanecido
sólidamente aisladas. Se esboza el necesario encuentro de las mismas.
Antonio Berni subvirtió técnicas tradicionales de grabado y de pintura a
las que agregó volumen. Con Berni el tradicional gofrado que daba volumen
al papel grabado, alcanzó la cualidad de un relieve escultórico. Con este
artista rosarino caía la frontera entre grabado y escultura, como cedía
luego - aunque no fue pionero de este giro - la frontera entre pintura y
escultura con el pegado de objetos tridimensionales, cosas, a la superficie
de la tela. A falta de otro nombre se denominaron "pinturas objeto",
tendencia que se exploraría profusamente en las artes visuales de la
segunda mitad del siglo que pasó.
Atribuimos en un temprano 1908 a Pablo Picasso, la realización del primer
"collage" El artista malagueño y sus colegas cubistas pegaban textiles,
láminas de madera, papel de diario, algún que otro alfiler, sobre los
lienzos pintados. Aparecía en la pintura la materia táctil, aunque la
planimetría del cuadro seguía siendo el dominante y se clasificaba:
Pintura. Se rompe más tarde la regularidad del marco por soportes
asimétricos, como también se abandona el bastidor.
Lucio Fontana fue pionero de la exploración inversa, hendir la tela. Hacía
su primer "tajo" sobre un lienzo. Sus tagli y bucchi (tajos y agujeros)
fueron la otra cara del collage y antesala de un giro en la historia de la
superficie pintada. Simas y cimas. La exploración y poética del soporte
ocupó gran parte de los dilemas del arte durante del siglo XX. Se exploraba
la ambigüedad entre disciplinas y de aquello surgió el híbrido "técnica
mixta" ¿Se trataba de un liviano agotamiento de un soporte, o por el
contrario aquel cambio era embajador de un cambio diametral? Fue así. Se
estaba produciendo un giro epocal y un giro en espejo en la obra de arte.
Los muros empezaban a caer.
Representar o presentar
Otro giro hacia el "discurso mixto", en el temprano 1913 - con Marcel
Duchamp como pionero con su "Rueda de bicicleta" - fue seguido por otros
ready made suyos y de otros autores, adelantados de un camino que culmina
con la paradigmática "Caja de jabón Brillo" de Andy Warhol. La cosa
reemplaza la laboriosa y artesanal representación. Se presenta en vez de
representar. Con la presentación una revolución estética se ponía en
marcha, ocurría una trasformación mucho más profunda que la mera mutación
de una técnica por otra.
En el mismo sentido y en el marco de la Bauhaus (de 1919 a 1933) se
incorporan tecnologías para la presentación. La obra se liberaba del
soporte cuando se explora la luz proyectada como obra. No hay aquí materia
táctil en la obra. La plástica se acerca al cine, conviene adoptar el
término Artes Visuales, en vez de "artes plásticas" o "bellas artes". Llega
con la luz el cientismo, la obra con movimiento real, operado por aire,
motores o más adelante con sistemas electrónicos.
Cambian técnica y soporte, consolidando una nueva estética pero también
nuevos criterios de qué es una obra de arte. Costaba avizorar entonces que
no se trataba de meros cambios formales, sino de la suma de tecnología al
campo del arte. Algo más que la "técnica mixta". Se mudaba de la materia
manufacturada a la materia no táctil y al concepto. Se puso por demasiado
tiempo el acento en la habilidad para dar lugar ahora a atender que lo
necesario es que la obra toque, conquiste la atención del espectador y si
es posible, su alma. Había importado más la red que lo pescado, más el
medio que el fin.
Instalación y obra interactiva
La posguerra y el final del siglo XX fueron el alba para una nueva
dimensión del arte.
Surge la "Instalación", ambientación en la que el artista dispone objetos,
fotografías, videos, audio, materia presentada o representada, integrados
en la voluntad de significar - no narrar - a partir de la significación de
cada uno de los elementos instalados por el artista en un ambiente. El
signo es el instrumento. Se apela a todos los sentidos del espectador. Se
incorpora el multimedia , las nuevas tecnologías (video, imagen digital,
proyecciones, fotografía) se suman palabra y sonido. Giro diametral en la
obra de arte que olvida aquel tímido debate entre figuración y abstracción,
plano y relieve. El soporte deja de ser la tela y puede ser el propio
cuerpo, un cuerpo ajeno, un animal vivo o muerto. También y sustantivamente
la semiótica se cuela en las artes visuales. Hay entonces una técnica más
que mixta, hay en su lugar un "discurso mixto".
No hay ya bancos en el Museo de Arte Contemporáneo porque el espectador ya
no contempla, protagoniza la Instalación. Es un nuevo espectador que se
traslada, toca, pisa, vivencia la obra, abierta a múltiples lecturas, en
los términos a los que se refirió Umberto Eco en su "Obra Abierta".
El soporte electrónico
Las nuevas tecnologías incluyen en la historiografía de las artes visuales
al soporte virtual que no es materia sino un código binario, números,
información decodificada por un sistema y traducida a un mapa de bits. La
imagen varía según cómo se visualiza, impresa o es vista en monitor, o
proyectada sobre una superficie o volumen. Cambia la vivencia de la obra
según sea vista en la intimidad del Museo, o expuesta en la apertura propia
de Internet.
La obra electrónica interactiva habilita al espectador a actuar sobre ella
¿Deviene acaso co-creador? ¿Muda el rol del espectador que es a su vez
actor? La interacción no nace con las nuevas tecnologías y el antecedente
lo aportaron las esculturas cinéticas, mecánicas primero y electrónicas
después, como las obras de Tinghely, Schoffer, Kosiche.
La búsqueda y hallazgo de nuevos medios de creación incluyen ingenierías y
ciencia, como el Bio Arte de Eduardo Kac - autor de Alba, la coneja albina
que es soporte vivo de la obra - como las obras Telemáticas - que por
medios electrónicos actúan a distancia sobre un determinado objeto -
subrayan la presencia de sistemas electrónicos y biología. Se quiebra el
linde entre arte y ciencia. El artista muda del taller al laboratorio.
Aclaremos. No es que sean necesarios muchos ni sofisticadas tecnologías
para que la obra tenga visos de "actualidad" ni "calidad". Pueden
realizarse verdaderos mamarrachos con elementos multimediáticos, como
pueden hacerse maravillas con tela, pigmento y pincel. Ya no se trata
únicamente de la frontera entre materiales o disciplinas del propio arte,
se trata de conjugar al arte visual con otras artes.
Protagonizamos un nuevo sistema perceptivo abierto por el menú que ofrecen
las nuevas tecnologías. Habrá que desarrollar nuevos espectadores que
puedan disfrutar de este nuevo curso que toma el arte, giro que nos permite
hoy un arte sin fronteras. Será capacidad y don de cada artista el que ese
campo sin límites tenga sentido para el espectador, como lo ha tenido el
arte a lo largo de su historia.