Arte Contemporáneo Europeo aglutina la creación de 33 artistas del Viejo
Continente, fundamentalmente de Italia y España. Dicha muestra presenta una
clara diversidad de lenguajes, desde figuración contemporánea, pasando por
surrealismo, lenguajes personales y abstracción a arte conceptual,
expresionismo y Dimensionalismo.
España e Italia, Italia y España dos países con un gran pasado y un
presente esperanzador en artes plásticas. Dos países que aportan mucho
dentro del panorama del arte contemporáneo de hoy.
Dicha exposición está organizada por Platinum Collection, cuyos presidentes
son Luciano Massarelli y Marcella Marcis, contando con la asesoría de Joan
Lluís Montané, crítico de arte.
El marco escogido es Casa do Brasil de Madrid, España, con inauguración día
4 de septiembre a las 20.00 horas. La muestra podrá verse del 4 al 14 de
setiembre de 2008, participando en la Noche de los Museos, concretamente el
día 13 de setiembre, jornada de puertas abiertas hasta altas horas de la
madrugada.
Casa do Brasil está en Avenida Arco de la Victoria, s/n, está dirigida por
Cassio Romano, siendo un dinámico centro que aglutina una gran diversidad
de muestras artísticas internacionales, fundamentalmente de arte brasileño
contemporáneo.
Arte Contemporáneo Europeo constituye una mirada global al interior del
concepto plástico, superando purismos y el excesivo dirigismo que inunda el
panorama artístico contemporáneo.
Las aportaciones de los 33
Franca Antonello indaga en lo geométrico, buscando el centro equidistante
plástico y espiritual, porque va directamente a la esencia de las cosas. Su
creación está dominada por el color, elaborada, compleja, sutil, bien
estructurada, conectando con la fuerza que gobierna el mundo pero no se ve.
Es minuciosa, configurando todos los elementos que intervienen en la
dinámica creadora, siendo partes de un todo, dentro de una cierta
dinamicidad y contraste.
Pino Aversa experimenta en la simbología y la alegoría, dentro de un
planteamiento pictórico y escultórico lúdico, sutil, insinuante, sin
renunciar a la belleza, permitiéndose conexiones con la estética glamurosa,
pero, a la vez, dentro de un posicionamiento encuadrado en la ironía leve,
pero de expansión calculada, en línea con la voluntad de alcanzar objetivos
multidireccionales en cuanto a significados.
Carlo Benati se interesa por la formulación del concepto, encuadrándolo,
buscando el juego de estéticas, dentro de una contemporaneidad de
objetivos. Su obra es marcadamente emblemática, elaborada, situada en línea
con la evidencia del concepto. Se instala en un planteamiento formal
geométrico para ser coherente con la búsqueda del contraste, empleando la
tensión como elemento dinamizador de una composición estructurada.
Giampiero Bertolini se interesa por el movimiento, el gesto, la fuerza
intrínseca de la activación de los elementos. Gesto, ondas, sincronización
expansiva, concentrando su predisposición al cambio constante, potenciando
la vibración, es decir conectando con la energía. Su creación se implica
con temáticas que captan el momento del cambio, el instante de la
vibración.
Francisca Blázquez, creadora del Dimensionalismo en 1998, viaja a través de
las diferentes dimensiones cósmicas, astrales, angélicas, dimensión del
agua y del amor. Su obra se caracteriza por exhibir sorprendentes
geometrías en el cosmos; asimismo, por presentar planteamientos
cristalográficos, formas que parecen piedras preciosas y geometrías de
avanzada estructura, elaboradas en intensos colores, realizadas en acrílico
sobre tela. Su pintura está repartida en colecciones y museos importantes
de América, Asia y Europa, fundamentalmente.
Marisa Bonazzi, conceptual, su obra enlaza con el subconsciente, con la
fuerza interior de la simetría, siendo irónica, reflejando un planteamiento
atrevido en el que integra elementos, dentro de ambientes muy complejos, en
los que lo importante es la formulación del cambio y la transformación como
objeto fundamental. La creadora italiana se interesa por la recreación de
elementos de diferentes épocas, involucrándolos en un discurso plástico
contemporáneo.
Alda Bòscaro se interesa por la figura, dentro de un concepto poético,
sutil, evidente, pero, a la vez, sugerente. Su creación pictórica se
fundamenta en el dibujo y el color, con introducción de contrastes de
tonos, buscando nivelar la composición, siendo armónica, pero, a la vez
sutil y expresiva. Alegóricamente teje la tela con el cromatismo, para
darle mayor calidez, conectando con la impronta de lo intenso entrañable.
Enrico Brunella pinta paisajes de la mente, soledades, movimientos
álmicos, concepciones del espíritu, dentro de una austeridad de
planteamientos. Destaca la contención del paisaje, potenciando
estructuraciones cromáticas inmersas en la composición, fundadas en la
emblematicidad de la alegoría. Es una obra poética, instalada en el
espíritu, conformando un mundo de mundos, casi sin que tengan que
intervenir iconografías y elementos que introduzcan barroquismo a la
pintura.
Stefania Buccio Gonzato basa su dinámica plástica en una aproximación a la
figuración, exhibiendo personajes inmersos en escenas cotidianas, pero,
dentro de planteamientos en los que la temática de la propia acción se
convierte en protagonista, sin importar su descripción. Se apoya en el
dibujo, buscando la consecución de obras marcadas por el detalle.
Luisa Cavani plasma su aproximación dévica, conectando con la naturaleza,
con partes y fragmentos de la misma, pero, a la vez, generando un mundo
expansivo de notable fantasía, en el que el gesto y el movimiento de los
elementos e iconismos es fundamental. Su creación indaga en la
fenomenología de los elementos verdes del bosque, en flores y plantas
inventadas, en composiciones avanzadas, donde lo entrañable y la
contemporaneidad formal predominan.
Gabriella Ceccherini apuesta por temáticas urbanas, expresivas, donde la
composición armoniza la potencia de la idea con la fenomenología y el
devenir de lo expresado, instaurando creaciones pictóricas donde predomina
lo orgánico, formas que recuerdan elementos densos, presentando edificios,
personajes en situaciones difíciles, árboles engullidos por edificios que
los dominan con determinación. El resultado es una obra donde el cronópio
urbano se muestra con toda su crudeza.
Alba Chiodi, exhibe personajes y figuras, composiciones y paisajes,
momentos, instantes, escenas de vida cotidiana. Su paleta cromática es rica
en insinuaciones tonales, asentando su composición en el dibujo, en el
trazo, dentro de una minuciosidad descriptiva, buscando detalles y
descripciones, para nutrir de un viso real a la composición en general.
Ivan de Menis se instala en la abstracción formal, en la densidad matérica
y cromática, elaborando composiciones caracterizadas por su estructuración,
dentro de una dinámica cálida, sutil, sugerente, apropiada para conectar
con la formulación de lo cálido. Indaga en los pormenores de la
estructuración y en la formulación consiguiente. Su obra es entrañable,
pero calculada, esencial y, a la vez, nutrida de un completo estudio
cromático que protagoniza la creación dentro de composiciones formales.
Alfonso Di Meo viaja con la evidencia de la alegoría, con formas y
composiciones extrañas, que encierran enigmas, que se instalan en una
notable multiplicidad de respuestas, ubicadas en un laberinto en el que hay
diversas salidas. Posee una clara concepción poética, en la que la metáfora
está a la orden del día, porque explica las sensaciones sin necesidad de
describir, y, a la vez, permite al espectador viajar a través de la
libertad de opciones para conectarse con partes y fragmentos de la misma o
en su totalidad.
Annalisa Gheller, muestra paisajes, colores, predominio de las
trasparencias, de la fuerza emblemática del color, que es quien nutre y
determina el objetivo último de las formas de la obra. Su creación posee
referencias, se conecta con la realidad, desde la poesis, siendo una
metáfora de sí misma, con el objeto de transformar la parte conectada con
la realidad, para ofrecerla con naturalidad dentro de una elaboración
plástica sutil.
Federico Introzzi es un artista que busca centrar la figura humana,
especialmente la femenina, captando el ambiente interior, el aura, la
vibración, prefiriendo conectar con la energía, con la esencia que es quien
determina la parte formal. Sus rostros son meticulosos pero no abusa del
detalle, prefiriendo apostar por la sensación, por la esencialización de la
sagacidad de los sentimientos.
Renata Kuwilsky aborda la materia, siendo importante en su producción
pictórica, porque le da la impronta imprescindible para determinar el
color. Combina color, de tonos intensos con el dominio matérico, centrando
la composición para que la atención del espectador se concentre en la
dinámica de la acción de los elementos que son protagonistas. Citaremos una
de sus obras que representa un barco velero navegando en un mar en calma,
con las velas desplegadas, destacando el tratamiento cromático denso, pero
sin llegar a una exagerada expresividad.
Marilena Mantello es sugerente, consecuente, viaja a través de la alegoría,
busca la incorporación de símbolos e iconos, elementos que forman parte de
su atrezzo, procedentes del subconsciente, siendo una parte de su
comunicación emblemática que abre las puertas de la comprensión de su obra,
instalada en el concepto particular de belleza, en el que predomina lo
sutil sensual.
Dina Moscato apuesta por una obra con predominio de estructuras, en
composiciones donde la forma tiene importancia. Pero, a la vez, exhibe
alusiones a una realidad que no acaba de concretarse.
Es abstracta en el planteamiento general, busca referencias, pero se
interesa finalmente por la diversidad de lenguajes que se entrecruzan
continuamente.
Riccardo Musoni, es poético, busca la capacidad de generar evocaciones,
para entrar en profundidad en la composición, marcada por la descripción,
con presencia de la figura femenina, pero, a la vez, lo que más le importa
es transmitir de manera adecuada el estadio poético, la fuerza mental
emocional que encierra en sí misma la composición.
Gilberto Nardini se muestra preocupado por la figuración, el detalle y, a
la vez, se interesa por la alegoría, por su capacidad de evocar situaciones
a partir de personajes, sin necesidad de integrarlos con elementos
descriptivos. Quien sí que posee rasgos y características bien definidas es
el personaje objeto de su atención. Pero, a la vez, su creación es
coherente con el conjunto de interactuaciones que se generan entre lo
plástico y la idea.
Maria Ludovica Pantoli Piletti es una creadora que evoca paisajes, que se
aproxima a un concepto de realidad, pero que nunca llega a describirla.
Prefiere interesarse por las esencias de los estados de ánimo a través de
la informalidad y el cromatismo intenso. Hay en su producción plástica un
notable predominio de rojos en contraste con gama de verdes y ocres.
Giuseppe Pegorer conecta con la formulación de la transformación y el
cambio, interesándose por la fuerza de la evocación, por la intensidad
entretejida en el color y en el mismo paisaje. Árboles, paisajes de
bosques, multicromatismo, manchas, abstracción incremento de la
explosividad cromática, pero, a la vez color controlado envolvente y
sugerente, paisaje, esencia de paisajes que profundiza en la voluntad de
cambio intenso cromático fundamental.
Cecilia Piccini se interesa por la figuración de hoy, de estructuración
dinámica, dentro de un cierto culto leve a la materia, buscando lo
contemporáneo en la composición elaborada en base a trazos rápidos. Sus
obras son producto del momento, capta el instante, nutriéndose del aquí y
ahora, para inmortalizar la fuerza emblemática contenida en la energía, que
es quien transforma el mundo.
Lisa Zanatta Pistorio esboza paisajes de intenso cromatismo, centrando la
composición, buscando el equilibrio entre todos los elementos
intervinientes en el mismo. No le interesa la descripción sino el concepto
de paisaje en sí mismo, como parte de la idea que le impulsa a conectar con
ambientes de naturaleza. Es colorista, emplea el cromatismo con
determinación, no abusa de su expresividad, pero su intención es intervenir
en la composición para darle la impronta necesaria dentro de una
personalidad clara.
Giancarlo Reati se concentra en un surrealismo simbolista, formado por
personajes que son iconos-formas-geometría y algo naïfs, de notable
efusividad, mostrando la fortaleza de lo emblemático, con la determinación
de quien viaja por las sendas del laberinto del subconsciente, a través de
la formulación de una vivencia sutil, ensoñadora y dulce. Es un creador que
elabora la composición, dentro de un lenguaje muy personal en el que
desarrolla todos sus conceptos e ideas, siendo claro en su manera de
concebir la fuerza de la existencia, la estructura de la misma, que es
cambiante, frágil, además de evanescente, como la caída de las hojas en
otoño.
Ermanno Rossi, figuración, compromiso contemporáneo, elementos, figuras,
paisajes que son estadios mentales, es decir proyecciones de la mente,
vibraciones que producen imágenes, que poseen una clara apariencia de
realidad, pero son como instantáneas del cerebro, emitidas en determinados
momentos, captando la acción de personajes y el paisaje, pero incidiendo en
el color, sin preocuparse del detalle, siendo claro en su formulación
plástica expresiva, aunque controlada, intentando conectar con la serenidad
de lo contemplado.
Ivana Scalco conecta con la formulación de lo geométrico, con la
estructuración formal, para destacar el personaje, por ejemplo, la obra en
la que presenta a una mujer sentada, visión lateral, mano apoyada en un
saliente y otra en el suelo. Si te alejas es geometría y si te acercas es
figuración sugerente. Su obra es meditada, conservando con naturalidad la
serenidad final. Emplea colores y tonos propios, con gamas intermedias,
combinándolos con otros más intensos, pero dentro de una gran armonía
final.
Luciana Silvestrin elabora una creación abstracta, con contrastes
cromáticos, con predominio de la mancha, pero también del gesto,
ondulaciones, líneas, permitiéndose superposiciones cromáticas. Busca
determinar un tipo de obra que posea la fuerza del color, la intensidad
cromática adecuada, la potencia del contraste, y de ahí que combine
formas, elementos rectilíneos pero sin ser rectos, porque parecen rectos
pero son líneas cambiantes, entrelazadas o no con formas que poseen
apariencias estructuradas de esa forma. El resultado final es un claro
predominio de la génesis de energía y potenciación leve de la materia,
instalada con clara sutilidad.
Cristiana Tonzig Sandi, abstracta, emplea el color del momento, en la
impronta del instante, en la cromaticidad del segundo. Busca ser
instantánea, en una creación en la que el color domina como parte de la
materia. Como si el color fuera materia misma, en una estructura de paisaje
inventado, en una dinámica de fuerza emblemática que conecta con el
subconsciente. Paisaje inventado que se nutre de instantes emocionales, sin
renunciar a la plasticidad en sí misma.
Coral Torrents indaga en la materia, sin renunciar a la iconografía
identificable pero no descriptiva. Su obra es matérica, pero, a la vez,
sugerente en lo sensible, porque no carga las tintas en la determinación de
la misma, sino que las emplea para profundizar en la voluntad de ser
coherente con un discurso plástico bien hilvanado. Es consecuente, posee
armonía contemporánea, es determinante en lo cromático, instalando líneas
de contraste y recorrido conceptuales, elementos que la alejan de una
estética fría, para conectarse con la energía del color y la determinación
emblemática de sus alcances.
Versus, compagina enigmas, misterio, romanticismo y materia. Su obra es
romántica, en el sentido de que prefiere apostar por composiciones de
belleza sugerente, pero no convencionales, donde la unión de casas,
árboles, paisajes, cielos, tonalidades de color pasionales, convencen,
ayudan a reafirmarse, viajan a través de las funcionalidades de lo plástico
para ser parte del paisaje, de su concepción pictórica basada en la
preponderancia del color, en detrimento de la materia, en escenas en las
que lo importante es como se cuentan y no lo que representan.
Gioia Villanova es una creadora que busca potenciar el concepto de
abstracción, nutriéndola de formas intuidas y determinaciones, en las que
no construye elaboradas estructuras, es más se aleja de ellas, sino que
plasma insinuaciones, fragmentos de estructuras, formas, ondulaciones,
elipsis, partes de un entorno laberíntico, en el que lo importante es el
contraste de la evidencia que se insinúa pero que nunca describe.