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En la primera parte, hacía referencia al
Barroco Latinoamericano y su paso
por estas tierras -tema que prefiero que quede en manos de expertos-, para
proseguir dando un salto en la historia, situándome pues en el año1852,
fecha en que entra en vigencia nuestra Constitución Nacional, junto con la
codificación y promoción de la Legislación Nacional.
Recordemos un poco: desde el año 1852 y hasta 1910, aproximadamente, la
Argentina experimentó una riquísima y nutrida actividad musical. Buenos
Aires se constituyó en una plaza de importancia capital en las actividades
operísticas internacionales.
Coexistían el teatro lírico, la música de salón, la música de cámara, el
pianismo de los grandes maestros y los conciertos sinfónicos.
Hay un total y verdadero despertar musical: aparecen los grandes festivales
camarísticos, surgen nuevas y surtidas agrupaciones instrumentales, y se
registra una rápida erección de conservatorios y por tal, la creciente
demanda de profesores de música.
En cuanto a los maestros educadores de música, podemos mencionar a
Pedro Albornoz,
Conrado Herzfeld,
Augusto Mantegazza,
Alfredo Napoleao,
Oscar Pfeiffer,
Juan Panizza,
Alberto Poggi,
Carlos Rolandone,
Gaspar Sagreras,
Eduardo Torrens Boqué,
Angel Tortarollo,
Gaetano Ghignati,
Augusto Nannetti,
Ramón Parvorell,
Darío Tafurelli y
Juan Gutiérrez, este último
uno de los primeros metodólogos argentinos en materia de enseñanza musical.
Con respecto a las fundaciones de Escuelas y Conservatorios de Música,
podemos citar la "
Escuela de Música y Declaración de la Provincia de Buenos Aires",
creada en 1874 y que lamentablemente cierra sus puertas en el año
1882 por falta de una subvención nacional; el "
Conservatorio de Música de Buenos Aires", fundado por el compositor
Juan Gutiérrez en 1880; el
"
Instituto Musical", que surge en el año 1883 en la ciudad de Córdoba; el
"
Conservatorio de Música de Buenos Aires", fundado en 1893 por
Alberto Williams;
el "
Conservatorio Santa Cecilia", que
Luis Forino fundara en 1894
y el "
Conservatorio de Música Carlos Lopez Buchardo", instituto de índole
oficial que data de 1924 y que ostenta el nombre de su primer director.
Entonces, desde 1852 y hasta 1910 aproximadamente, se extiende el período
de la organización nacional de la Argentina. Dentro de los compositores
argentinos que participaban activamente en esa época, podemos citar a
Juan Pedro Esnaola,
Francisco Hargreaves,
Alberto Willams,
Arturo Beruti,
Héctor Panizza y
Constantino Gaito.
Sin embargo, dentro estos grandes maestros, la personalidad más destacada
de la música argentina será la del pianista y compositor
Juan Pedro Esnaola: muchos teóricos e historiadores lo consideran el primer compositor
argentino, entendiéndose como compositor a aquel músico erudito que plasma
ideas musicales en un papel.
El mayor aporte musical de Esnaola es la orquestación y arreglo de la
música del Himno Nacional Argentino, que si bien es original de
Blas Parera, dicha adaptación para orquesta fue publicada en 1860 y oficializada
en 1944.
Otro gran músico a destacar fue
Juan Bautista Alberdi, quien fue -en cierta
manera- nuestro primer ensayista y crítico musical.
Desde el año 1895 al 1910, habrá una marcada tendencia hacia el género
lírico dramático, aunque paulatinamente hará eclosión la sinfonía y luego
el poema sinfónico de inspiración étnica, que ha de establecer el
nacionalismo musical.
Precursores del nacionalismo musical fueron
Nicanor Albarellos y
Juan Alais, tradición que continuará a través de Francisco Hargreaves, Alberto
Williams y
Julián Aguirre.
Saturnino Berón es quizá el primer compositor
argentino que intenta proyectar en la orquesta el nacionalismo musical.
Así, llegamos pues al Siglo XX, cuya primera mitad no será más que una mera
continuación del Siglo XIX europeo, esto es, composiciones con una marcada
tendencia hacia el romanticismo y el nacionalismo, con compositores tales
como Williams y Aguirre.
El primer cambio importante está a punto de ocurrir: se produce con la
aparición del "
Grupo Renovación", que surge con el afán de introducir ideas
nuevas a la realidad musical del momento.
El Grupo Renovación fue fundado en el mes de octubre de 1929 en Buenos Aires.
Sus fundadores fueron
Juan Carlos Paz, J
acobo Fischer,
Juan José Castro,
José María Castro y
Gilardo Gilardi.
A partir del año 1931, se anuncia la incorporación de nuevos afiliados y se
incorporan como miembros
Luis Gianneo,
Honorio Siccardi,
Alfredo Pinto y
José Perceval.
Este grupo no limitaba su accionar a un círculo cerrado; todo lo contrario,
estaba abierto a recibir nuevos integrantes en forma permanente. Es
interesante resaltar que sus afiliados estaban alistados en una tendencia
renovadora, sí, pero que no implicaba en absoluto un sometimiento a ningún
estilo determinado, sino que más bien pretendían ubicarse dentro del
panorama que estaban viviendo, que ya pronosticaba cierta indiferencia por
los compositores locales. Aún así, predominaba un pensamiento neoclásico,
dividido en dos vertientes: por un lado el "internacionalismo", en donde se
puede ubicar a Paz, Siccardi y Ficher; y por el otro lado, el
"nacionalismo", en donde se sitúa el resto.
El Grupo no sólo se dedicó a organizar conciertos en los que mostraba las
nuevas creaciones en el campo de la música de cámara, sino que también
asumió la tarea de dar a conocer la obra de sus colegas, razón por la cual
su accionar correspondió a ideas artísticas y profesionales, y no a una
tendencia estética en particular.
Juan Carlos Paz no tardó en discrepar con los demás miembros de la
Agrupación, y se separó de ellos al cumplirse casi ocho años de su
formación y funcionamiento.
Alejado del grupo, ya en los umbrales de 1937, Paz comienza a organizar un
ciclo de conciertos que denominó "
Conciertos de Nueva Música".
Los programas de estos conciertos giraban en torno a la estética atonal de
la escuela de Viena que encabezaba
Arnold Schoenberg, actitud que era
bastante opuesta a aquélla del Grupo Renovación, en donde privaba más bien
el carácter nacionalista y neoclásico.
Juan Carlos Paz continuó con estos ciclos de conciertos de neto corte
vanguardista, y junto con alumnos y discípulos fundó en 1944 la
"
Agrupación Nueva Música", que tendrá su sede central en la ciudad de Buenos Aires.
Posteriores ampliaciones de esta "casa central" se harán en Rosario y en
Córdoba, en el año 1980, lideradas por
Dante Grela y
César Franchisena,
respectivamente.
La Agrupación Nueva Música -si bien creada y dirigida por Juan Carlos Paz-
contaba con un número considerable de miembros, y estaba integrada por
Julio Perceval,
Daniel Devoto,
Esteban Eitler,
Susana Baron Supervielle,
Francisco Kroepfl,
Carlos Rausch,
Mario Davidowsky,
Enrique Belloc,
Dante Grela, César Franchisena,
Edgardo Cantón,
Carlos Roqué Alsina,
Jorge Rotter,
Luis Zubillaga,
Nelly Moreto,
Eduardo Tejeda y
Juan Motter, por
citar solo alguno de ellos, todos estos compositores simpatizantes de la
Escuela de Viena y ligados en su pensamiento estético con los clásicos del
siglo XX, (pensamiento que no estaba demasiado conectado a las escuelas
americanas de
John Cage y al azar y la aleatoriedad).
Debido a las condiciones político-socio-económicas del país, es de suponer
que estos ciclos de conciertos fueron paulatinamente desapareciendo:
comenzaron a ser cada vez más espaciados, hasta que poco a poco dejaron de
ocurrir.
En la década del 60, hace su aparición el "
Centro de Altos Estudios Musicales", patrocinado por la
Fundación Di Tella.
Creado en 1963 como una dependencia del
Instituto Torcuato Di Tella en
Buenos Aires, tiene su auge en la década que va desde su fundación y hasta
el año 1975, aproximadamente.
Su director fue
Alberto Ginastera, y era una entidad que promovía las
nuevas tendencias musicales del momento. Además, contaba con un conveniente
capital económico que le permitía costear los gastos que generaban el
invitar a la capital del país a los maestros vanguardistas de la talla de
Olivier Messiaen, Iannis Xenakis, Bruno Maderna, Luigi Nono, Aaron Copland,
Luigi Dallapicolla, Luis de Pablo, Cristóbal Halffter y muchos otros.
Este Centro se encargaba de organizar sendos Festivales, Cursos,
Conferencias, Conciertos y demás, que contaban con la participación de
grandes compositores, instrumentistas, teóricos y disertantes, además de
financiar becas de estudio de hasta dos años de duración en las que se
promulgaba el perfeccionamiento en el exterior de quienes la obtuvieran.
También, contaba con un estudio de Música Electrónica, que le era propio.
Pero, lamentablemente, tampoco pudo sobrevivir a las crisis que golpean a
la Argentina desde siempre: este Centro desaparece en la década del 70,
obviamente a raíz de la situación del país, que ya para esa época viviría
situaciones cruciales no sólo en lo económico, sino también en lo político
y social.
A partir de entonces y hasta nuestros días, la Argentina continúa viviendo
épocas difíciles, que hacen poco posible el sostenimiento de las
instituciones dedicadas al arte musical en general.
Vemos a diario el descuido edilicio de los Teatros, de las salas de
concierto; escuchamos periódicamente la lamentable noticia de orquestas del
país que van despareciendo, cerrando sus puertas; estamos conscientes del
desinterés de los gobernantes hacia el Arte en general, actitud que
demuestran claramente y que poco se encargan de disimular.
Sin embargo, y a pesar de las adversidades, la música -tanto clásica como
contemporánea- seguirá pisando fuerte en la Argentina, merced al permanente
surgimiento de nuevos emprendimientos y al tesón de los miembros que los
integran -única manera de sostener proyectos en este país, en donde
lamentablemente siempre la Cultura queda en un segundo plano.
A pesar de vivir a diario la falta de interés del gobierno y la escasez de
fondos para los temas culturales, estos proyectos continúan en esta tarea,
sí, puesto que las convicciones son a veces más fuertes que todos los
obstáculos.
En la próxima, seguiré discurriendo, a modo de brevísima síntesis, sobre el
desarrollo de la música y de las instituciones musicales en nuestro querido
país.