Al respecto de la valoración por parte del propio medio de los productos de este importante y casi milagroso movimiento corresponde señalar la casi unánime defección de la prensa en la publicación de críticas sobre nuestros trabajos como sí se publican sobre estrenos "comerciales" de cine y sobre espectáculos teatrales y musicales, de la ciudad o de afuera. Un par de excepciones sirven apenas para confirmar esta regla. Cambiarla ayudará a florecer a lo que tanto costó sembrar.
Tampoco vendría mal que algún que otro periodista sensible hiciera el balance anual de la actividad, como lo está haciendo este realizador ahora o como en su momento lo hiciera el brillante Daniel Briguet, por ejemplo.
Otra cuestión necesaria es la implementación de una promoción y una exhibición continua -tal vez al modo de un Complejo Tita Merello rosarino- para que los trabajos rosarinos no terminen en su propio estreno, como pasa en muchos casos.
La subvaloración por parte de las reparticiones oficiales con respecto al potencial de los realizadores rosarinos se tradujo a través de las respectivas políticas, pero se hizo palmaria y patente cuando la Municipalidad de Rosario decidió destinar a una sola producción venida de Buenos Aires (Rosarigasinos) un apoyo equivalente a diez veces lo que en igual período reservó al total de los realizadores locales, con la media excusa de que el director de aquella producción es nacido en esta generosa ciudad, y con la motivación fundamental de la participación en dicho filme de dos estrellas de las pantallas argentinas. Tampoco atinó la Municipalidad a imponer -en virtud de su participación en la producción- la inclusión en el equipo de producción de los valiosos técnicos que la ciudad tiene.
La Provincia, por su parte, aun no ha desarrollado una línea específica de apoyo a la producción audiovisual santafesina y la magra cuota del INCAA que en 1995 había obtenido para apoyar la producción videos santafesinos, en los últimos dos años han sido retenidos por el INCAA, sin que la Provincia atinara a defender el derecho adquirido.
En cuanto al INCAA, con lo importante que resulta su participación en la producción de algunos puntuales trabajos rosarinos, el monto total no llega a estar a la altura de los merecimientos y las necesidades de la actividad local, ni están siquiera en la proporción que a Rosario le correspondería en relación al presupuesto total del INCAA ni por la propia aportación de la ciudad a los fondos del INCAA.
Es imprescindible que tengamos en claro estas circunstancias para que reclamemos y exijamos lo que corresponde a nuestro trabajo, por nosotros, los realizadores, y por la cultura de la ciudad y la región.