El pasado sábado primero de mes tuvo lugar en el Instituto de Artes
Contemporáneas -sito en calle 1º de Mayo 1117 de esta ciudad- un
extraordinario concierto dedicado al arte del barroco, integrado con obras
que pueden ubicarse más concretamente en el período final de esta etapa
histórica, comúnmente denominada "barroco tardío", que puede situarse
aproximadamente alrededor del año 1680 en adelante.
El concierto -de una ejecución ajustada e impecable- estuvo interpretado
por
Marcelo Ajubita en
viola de braccia,
Alejandra Sotille en
clave y
Leopoldo Pérez Robledo en
viola da gamba, los dos primeros artistas
locales y el tercero, músico invitado de Buenos Aires.
El programa estuvo compuesto por siete sonatas barrocas. En la primera
parte, se escuchó la Sonata Nº 4 y la Sonata Nº 1 para viola y continuo del
compositor holandés Willem de Fesch (1687-1757?), culminando con tres
sonatas para clave solo del compositor Doménico Scarlatti (Italia, 1685 -
España,1757).
En la segunda parte, dedicada a autores alemanes, pudo apreciarse la Sonata
en Sol Mayor de Johann Sebastian Bach (1685-1750) y -cerrando el
concierto- la Sonata en la mayor de Georg Philipp Telemann (1681-1767),
ambas piezas escritas para el total de la formación instrumental.
Lo interesante de este concierto fue la interpretación del mismo con
instrumentos originales de la época.
La
viola da braccia puede a simple vista para el espectador confundirse
tranquilamente con una viola o un violín moderno. Sin embargo, la viola
barroca se diferencia en varios aspectos de la viola actual, entre los que
se pueden citar a modo de ejemplo el
puente, que es más bajo; la
tastiera
(la parte "negra" del instrumento, en donde el ejecutante pisa los dedos),
que es más corta; las
cuerdas, que al ser de tripa producen un sonido no
tan brillante, más bien opaco. También, el arco barroco se diferencia del
actual principalmente por su forma cóncava hacia abajo, por tener menos
cantidad de cerda y por la toma del mismo (que no se realiza en el talón,
sino desde más arriba).
Marcelo Ajubita, compositor y violista local de reconocida trayectoria,
tuvo a su cargo la ejecución de las partes melódicas y virtuosísticas de
las sonatas, que estuvieron técnica e interpretativamente muy bien
resueltas. En el
clave, la Profesora
Alejandra Sotille acompañó con
destreza técnica y un gusto exquisito, adornando el discurso armónico con
infinidad de ornamentos típicos de este estilo musical.
Por su parte, el violagambista
Leopoldo Pérez Robledo tuvo a su cargo
-junto al clave- la ejecución del
continuo, ésto es, los bajos armónicos,
práctica barroca por excelencia. La
viola da gamba presenta externamente un
aspecto similar al violoncello moderno, sólo que sin el puntal
característico, con siete cuerdas de tripa (el violoncello usa cuatro) y
con unos trastes también de cuerdas de tripa, atados al mango del
instrumento. Estos trastes son similares a los de una guitarra, y al
pisarlos, producen la posibilidad de sonidos puros, siempre brillantes, y
con cuerpo.
Pérez Robledo, oriundo de Buenos Aires, es además ejecutante de
laúd renacentista y barroco, luthier constructor de claves, órganos y
fortepianos, y técnico afinador de pianos modernos. Ferviente difusor de
este período musical, participa como periodista en Radio Clásica Nacional
con su programa semanal "
La luthería y el mundo de los instrumentos
musicales", y organiza en su ciudad el "
Ciclo de música antigua para
teclado", una serie de conciertos mensuales en donde participan
clavecinistas nacionales y extranjeros, quienes viajan para participar en
él, atraídos por este inusual ciclo de conciertos con pocos paralelos en el
resto del mundo. Es además miembro de la comisión directiva de la
Asociación Argentina de Luthiers, participando actualmente en la
organización de una importante muestra de luthería a realizarse en el
Centro Cultural General San Martín de la Capital Federal.
Quienes deseen acercarse a este mundo, pueden visitar la página de internet:
www.luthiersargentinos.com.ar