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Mesa de debate durante el Encuentro latinoamericano de documentalistas Fernando Birri |
El Encuentro Latinoamericano de Documentalistas fue uno de los hechos más destacables del Festival, por cuanto logró reunir a varios de los más importantes realizadores de este género en el continente, quienes en constantes mesas de discusión analizaron, debatieron y mostraron los problemas de este género relacionados con la investigación, producción, distribución y su relación con la educación y la región en los distintos países de América. Fue un privilegio para este género, que se convierte en el más trabajado y el que registra mayor cantidad de inscritos, tanto en la VIII versión como en las anteriores, por lo que ha sido el más premiado y el que ocupa mayores horas de proyección (El Centro Audiovisual Rosario, organizador del Festival, posee a la fecha más de 2.500 títulos, lo que lo convierte en un espacio patrimonial único para la preservación y difusión de la memoria audiovisual latino-americana ).
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Mario Piazza, realizador rosarino. |
Este encuentro de documentalistas efectuó un homenaje a Fernando Birri, un Argentino de Santafé, considerado como el
realizador fundacional del documental en aquel país, autor del famoso "Tire dié" (1956-58) y otra extensa filmografía que
incluye títulos como: La pampa gringa (1966), Rafael Alberti, un retrato del poeta por Fernando Birri (1983),
Rte. Nicaragua (carta al mundo) (1984), El siglo del viento (1998), etc., que como el caso de otros homenajeados, tales como
el brasilero Eduardo Coutinho (autor de "Macho Marcado para morir" 1984- y "Babilonia 2000" 2000-) y los argentinos
Marcelo Céspedes,
Mario Piazza y Fabián Polosecki, dan cuenta de "el testimonio, la posibilidad de registrar las imágenes y las palabras de aquellos que tienen sólo
esa oportunidad de expresar su realidad; el compromiso y la denuncia y el talento que son los motores que mantienen vivo y vigoroso al género documental latinoamericano".
Es importante además destacar en este festival, no sólo el ya mencionado vigor de la producción audiovisual latinoamericana, sino también los nuevos estilos, formatos, autores, apropiaciones tecnológicas y formas de narrar, que manifiestan un recambio generacional, donde los jóvenes no sólo demuestran talento sino osadía y compromiso al abordar temas tan candentes como el genocidio político de los regímenes siniestros que han dominado o dominan en distintos países, lo que permite hablar de una producción audiovisual política, independiente y alternativa que tiene sello propio, no “made in usa”, como lo demuestran muchos de los trabajos galardonados en esta VIII versión, donde la denuncia del horror no se oculta tras el encantamiento de las luces en la pantalla, que también llevan el color y la música de un continente mestizo de raiz india, pigmentos africanos y palabras blancas.