(.....) En Heaven and Hell, en fin, las referencias bíblicas son llevadas al extremo, si se quiere, porque la serpiente pasa a simbolizar también el cielo, morada de Dios y paraíso definitivo en la religión cristiana. A ello debe añadirse el mito griego de Uroboros, la serpiente que se muerde la cola, una representación alegórica de la eternidad (y eterna es, en la ley cristiana, la vida en el Paraíso y en el Infierno). La condición de la serpiente, tema tratado por casi todas las culturas, no siempre es negativa, y aun Moisés logra salvar a muchos de sus hermanos con la Serpiente de Bronce que Yahvéh le manda hacer (Números, XXI, 4/9). En verdad, desde antiguo, la
humanidad creyó en los poderes curativos de las víboras; por eso Asclepio, dios griego de la Medicina (es el Esculapio latino), era representado con un bastón alrededor del cual se enrosca una serpiente; de aquí deriva, por lo demás, el emblema de la medicina y la farmacia. De tal modo, pues, oscila García en el tema de la enfermedad física y la moral, con cierto dejo de ironía que no falta nunca en sus pinturas. Sin embargo, el abordaje no es religioso (el pecado) ni cientificista (la medicina); García va más lejos (¿o más cerca?), porque su interés primordial consiste en mirar la sociedad de hoy, nada paradisíaco y muy infemal Entonces, la idea del pecado se seculariza en tono ético, y la idea de dolencia adquiere características que parecen gozar la noción del mal metafisico.
Jorge Glusberg Revista Cultura Nº 55, marzo de 1996
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