La propuesta desde la pintura
 Convocar a veinte artistas rosarinos para una muestra de pintura en el Museo Castagnino es una manera de poner en evidencia algunas de las propuestas contemporáneas, que utilizan el medio como una alternativa ante la profusión de las nuevas tecnologías que contaminan tanto las formas de producción como las de percepción. Pero el planteo conlleva además otro desafío en la misma selección de la diversidad. Es usual que las exposiciones propongan cierta coherencia como una manera de garantizar la tranquilidad de los espectadores y, por supuesto, de los
críticos; pero aquí en cambio se busca poner en evidencia la diferencia. Si bien todos los pintores seleccionados utilizan los pinceles y las telas, cada uno concibe su tarea creativa de una manera distinta, en un arco que va de la figuración a la no representación, de las variantes expresionistas a las conceptuales. Y mostrar estas distinciones es otra manera de erosionar los prejuicios acerca de injustificadas jerarquías de una u otra técnica. La pintura es un medio.
Fernando Farina
Director del Museo Municipal
de Bellas Artes de Rosario,
"Juan B. Castagnino"
La pintura
"El hecho de que la pintura sea un arte
visual, que entra por los ojos, no quiere
decir que sólo en los ojos tiene sentido"
Luis Felipe Noé, Antiestética, pág. 119
Mucho se ha hablado de la supuesta muerte de la pintura y de los sospechosos de asesinarla. Ya a principios del siglo XX Marcel Duchamp se preocupaba por el cuestionamiento del concepto de arte; su "Fuente" representaba un símbolo controvertido de la producción artística y pictórica de esos momentos. Sin embargo, la pintura se seguía produciendo, con una gran calidad y a gran escala.
La relación existente entre la presentación de la idea y la producción artística en sí es una antigua problemática. La conceptualización, en este caso de la pintura, de sus aspectos formales e individuales, es la base de los cuestionamientos del pintor. La pintura genera una tensa relación entre el sujeto/pintor y su contexto. Qué decir y cómo decirlo es la cuestión.
Más avanzado el siglo, específicamente en la segunda mitad, los múltiples cuestionamientos hacia la pintura no habían acabado. A pesar del auge del Informalismo en Europa y del Expresionismo Abstracto en Norteamérica, la pintura, en sus aspectos tradicionales, seguía en discusión. Entre otros elementos, el soporte y la forma de ejecución eran los más atacados. En los años anteriores a todos los cambios que traería aparejada la década del 60 algunos artistas estaban convencidos de que la pintura no los satisfacía como medio idóneo para expresar sus posiciones frente al arte.
En 1962, Alberto Greco se paseaba por un museo de París convertido en un "hombre sandwich" autodenominándose obra de arte. La década del sesenta sería fuertemente cuestionadora del espacio real de pertenencia del artista en el mundo del arte. Su lugar y los medios o lenguajes que éste elegiría para exponer su acontecer criticarían las formas tradicionales de hacer arte hasta límites insospechados. Los años 70 representaron la maduración del proceso pero, a pesar de ello, la pintura iba a ganar otra batalla. Los años 80 se presentaron como una vuelta a la pintura. La influencia de la Transvanguardia italiana en Argentina favoreció una gran producción pictórica, que prácticamente borró la pregunta sobre la muerte de la pintura. Sin embargo, en los 90, a partir de las posturas neoconceptualistas, volvieron los
cuestionamientos.
Rosario no estuvo al margen del proceso. La ciudad posee una vasta tradición pictórica, desde movimientos como la "Mutualidad de Artistas Plásticos", en la década del 30, con figuras como Antonio Berni y Juan Grela, hasta el "Grupo Litoral", en los años 50, con figuras como Leonidas Gambartes, Carlos Uriarte, Hugo Ottmann, Oscar Herrero Miranda y el mismo Grela, entre otros, y otras figuras importantísimas como Manuel Musto, Augusto Schiavoni, Julio Vanzo o Luis Ouvrard. Estos artistas harían escuela y por años serían los referentes hasta para los cuestionamientos.
Actualmente, la pregunta sobre la posible muerte de la pintura parece una inocentada y hasta varios de los que en los 60 la cuestionaban como medio la eligen, convencidos de que es la mejor opción para sus propuestas.
Marcela Römer
Curadora de la muestra
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