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”Pintura irreverente y sensual, tiene las redondas formas del abrazo... No sólo se ve, también se oye, porque desde ella nos inunda una música llena de ritmo... Tanta magia junta, pocas veces se encuentra...”
"En la obra de Roldán... sobrevuela una luz de realismo mágico, como personajes de García Márquez, Rulfo o Amado, muy coloridos, casi abrasilerados, como tomas de Ettore Scola".
”Los Oleos de Roldán son vivenciales, y con una notable carga de sensibilidad como una orquesta donde la imaginación es la que dirige la batuta, los cuadros de Julio Roldán son, a simple vista, un colorido muestrario de situaciones. Sin embargo, con una mirada más profunda se descubren - escondidas- complicidades, picardía melancolía y hasta cierta tristeza”.
Miguel Passarini - El Ciudadano. Rosario
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"¿Un pintor naif, o un hiperrealista dotado de notable sentido del humor y
de la sátira, o se trata de un artista franco y vibrante desde sus propias
raíces?
La elección no es descomprometida frente a las obras de este artista
cordobés, radicado desde hace tiempo en Rosario, donde vive y trabaja, y de
paso, con toda naturalidad y como quien corta flores de su jardín,
colecciona premios que le son otorgados en numerosos salones y concursos de
su especialidad... Y vista su obra, no cabe la menor duda de que hay en este
artista un taumaturgo notable, alguien quien transita con sus cuadros por
los senderos mas recompensantes de la pintura, en un acto de fe en el
optimismo, la fantasía, sus ensueños, sus espejismos, sus utopías y sus
quimeras, fabricando otra realidad, la de las invenciones, que son las de
las más conquistante alegría."
César Magrini. Crítico de Arte. Buenos Aires
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”Sería una grave injusticia catalogar como simplemente naif o ingenua a la pintura de Julio Roldán. Sus Oleos, revelan un particular eclécticismo manierista que incluye entre los múltiples objetos de sus citas de estilo a la pintura naif del Aduanero Rousseau, junto con los géneros marginales de la gráfica erótica y el realismo fotográfico, además de por supuesto fuentes más prestigiosas, tales como las escenas costumbristas de Brueghel, el Viejo, la pintura barroca, el realismo francés del Siglo XIX el muralismo del mejicano Diego Rivera, el cine neorrealista italiano de Fellini y Ettore Scola, y muchas otras
imágenes que forman parte de la avalancha de información visual de nuestra época, avalancha que en el caso de Roldán se ve acrecentada no sólo por su cinefilia y su experiencia previa como paisajista aficionado, sino también por sus viajes de estudio y por su formación como fotógrafo. Quizás a esta última se deba la minuciosidad de sus pinturas recientes, verdaderas radiografías culturales de los detalles de estilo que constituyen la realidad misma”.
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