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Plata de madrugada Lucio Fontana |
Rosario, polo cultural de la zona sur de la provincia,
se dio el lujo de ver nacer y "expulsar" a
Lucio Fontana (1899-1968),
Antonio Berni (1905-1981) y a varios de los artistas que en los
años 60 pasaron de la experimentación a la vanguardia y marcaron
el cierre de un ciclo en el arte argentino con "
Tucumán Arde", una obra
político-conceptual de denuncia sobre la situación en
Tucumán que fue presentada a fines de 1968 en la CGT de los Argentinos de
Rosario y Buenos Aires, y debió ser levantada por las amenazas del
gobierno de Onganía.
La historia de poco más de un siglo -iniciada con los
pintores viajeros- revela una continua lucha de los artistas en un ambiente
hostil y conservador, donde las principales obras fueron realizadas por
inconformistas propulsores de alternativas tanto en lo estético como en
lo social. Pero también aparecen numerosos "vacíos" sólo
llenados por una mayoría de artistas académicos.
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Death Mask Daniel García 1995. 148 x 144 cm |
El retorno a la producción de los vanguardistas, que
abandonaron la plástica después de "Tucumán Arde" y que con
la vuelta de la democracia en el 83 ocuparon algunos espacios oficiales,
favoreció el resurgimiento del arte, que recién se produce a fines
de los 80, y se pone en evidencia con la trascendencia nacional de varios
artistas jóvenes. Algunos datos sobre este nuevo posicionamiento de los
creadores de la ciudad son reveladores:
Jorge Orta (1953), que
actualmente reside en París, participó en representación de
la Argentina en la
Bienal de Venecia de 1995,
Graciela Sacco (1956) y
Nicola Costantino (1964) fueron las únicas representantes argentinas
en las bienales de San Pablo de 1996 y 1998, respectivamente, y
Daniel García (1958) fue uno de los tres argentinos participantes en la
Bienal de Venecia de 1997. A esto se le suman las participaciones de
Claudia del Río
(1957),
Andrea Ostera (1967),
Noemí Escandell, Julio Pérez Sanz y
Mauro Machado (1954) en otras
recientes bienales y ferias internacionales, y el gran premio del Salón
Belgrano otorgado a la escultora
Eulalia Gentile Munich.
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Chancho Bola Nicola Costantino |
Al rastrear las causas del presente -caracterizado por una
producción diversificada que, poco sumisa al gusto general, cubre desde
las visiones intimistas a los cuestionamientos críticos-, se observa una
relación con otros movimientos encadenados por una lógica que
permite descubrir una acción que va mucho más allá de los
intereses del mercado, que por otra parte es actualmente casi
inexistente.
Con este marco es posible reconocer en la Mutualidad Popular
de Estudiantes y Artistas Plásticos de Rosario (timoneada por Berni a
principios de los 30), el Grupo Litoral en los 50, con su renovación
estética, y la vanguardia de los 60, a los principales eslabones de la
cadena que se continúa a fines de los 80.